Tres meses para todo el proceso, fábricas gigantescas y máquinas que cuestan decenas de millones de dólares: una CPU no se fabrica chasqueando los dedos.
Hace poco más de un mes, mencionamos un vídeo muy interesante publicado en línea por el canal de YouTube Branch Education. Su objetivo era aclarar cómo funciona un microprocesador o CPU (Unidad Central de Procesamiento). En poco más de 30 minutos, cada etapa fue cubierta por los especialistas del canal que, para no estropear nada, se preocuparon de multiplicar las analogías, a veces un poco esquemáticas, pero que tienen la ventaja de hacer mucho más fácil de entender el ciclo de las cinco etapas que caracterizan a la CPU: Fetch - Decode - Execute - Memory - Writeback. Unas semanas más tarde, publicamos un segundo vídeo, esta vez centrado en el alter ego de la CPU, la GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico).
Hoy, echamos un vistazo a otra secuencia extraordinaria creada por el canal Branch Education. Con algo menos de 30 minutos de duración, este vídeo complementa a los dos anteriores para ofrecernos una comprensión completa de la fabricación de estos dos chips clave en la industria de los semiconductores... e incluso en nuestra sociedad en general. Desde la fotolitografía EUV hasta la cuestión del FOUP, este nuevo vídeo de nuestros colegas es una oportunidad para entrar en los detalles de las gigantescas fábricas que se montan para -es un poco paradójico- producir componentes tan pequeños.
Estas fábricas pueden tener el tamaño de ocho campos de fútbol y contienen múltiples máquinas que cuestan desde 3,5 millones de dólares las más baratas hasta más de 170 millones de dólares las formidables máquinas diseñadas por la empresa holandesa ASML. Estas máquinas se utilizan una tras otra para una sucesión de etapas, cada una más importante que la anterior, en un proceso que dura más o menos tres meses: tres meses durante los cuales el material se convierte en la famosa oblea, que luego se corta para obtener las matrices de nuestros procesadores, que finalmente pueden empaquetarse, normalmente en otra fábrica.
