¿Los problemas asociados al juego se resolverán o empeorarán con los ahorros de los jugadores?

Escrito por charon
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Este artículo es una traducción automática

La industria de los videojuegos se encuentra en una encrucijada. Mientras que el marco regulador actual no consigue seguir el ritmo de la innovación en el mundo digital, las economías propiedad de los jugadores, facilitadas por el uso de la tecnología blockchain, son cada vez más populares. Estos sistemas distribuidos están preparados para democratizar la propiedad de los activos virtuales y ofrecer una transparencia sin precedentes en las transacciones de juego. Sin embargo, a medida que nos adentramos en este nuevo mundo, surge una gran pregunta: ¿serán estas tecnologías la respuesta a los persistentes problemas de adicción al juego, o abrirán nuevas puertas a la adicción y la explotación?

La promesa de la propiedad real

Los ahorros propiedad de los jugadores representan una ruptura radical con el antiguo modelo de juego. Los jugadores pueden poseer activos digitales, a diferencia de los objetos de compra que siempre permanecerán encerrados en un ecosistema de juego, utilizando la tecnología blockchain. Estos objetos se presentan en forma de tokens no fungibles (NFT) o criptomonedas, lo que significa que un jugador puede comerciar, vender o transferir sus objetos a otras plataformas y juegos.

Los cambios son enormes. Una pieza única de armadura que llevó meses de juego adquirir podría no perder su valor tras el cierre de los servidores del juego. Los jugadores podrían ganar dinero real gracias a su talento en el juego, creando un nuevo tipo de iniciativa empresarial digital. Este modelo conducirá a una convergencia entre los intereses de los jugadores y los desarrolladores de una forma que no ha sido posible hasta ahora.

Sin embargo, esta promesa de creación de valor real nos acerca peligrosamente al juego. En cuanto existe una relación directa entre lo que ocurre en el juego y una recompensa o pérdida económica, la distinción entre videojuegos y apuestas se difumina aún más.

Vacío normativo

El enfoque convencional de la regulación del juego parte de la base de que existe una clara distinción entre juegos de azar, juegos de habilidad, entretenimiento y especulación financiera. Estas categorías bien definidas se desglosan en función de los ahorros de los jugadores. Los marcos reguladores existentes, que se han desarrollado para regir y regular los casinos tradicionales y los casinos en línea centralizados, no pueden hacer frente a la naturaleza descentralizada del juego basado en blockchain.

Esto se ve dificultado por el hecho de que estas plataformas son globales. Un juego creado en un país puede estar alojado en servidores de otro, mientras que los jugadores proceden de decenas de países. Y este juego podría estar gestionado por una organización autónoma descentralizada (DAO). ¿Qué jurisdicción se aplica? ¿Cómo se gestiona un sistema que no está centralizado?

Algunos gobiernos han intentado tratar ciertas formas de juego de blockchain como apuestas para superar estos retos. Este enfoque, sin embargo, se basa en muchos casos en definiciones antiguas que no pueden reflejar la verdadera naturaleza de las economías de juego actuales. El resultado es un mosaico de normativas que no satisfacen a nadie.

El anonimato, un arma de doble filo

Otra complicación tiene que ver con el énfasis de la tecnología blockchain en la confidencialidad y la descentralización. Aunque las transacciones de blockchain son técnicamente públicas y se almacenan en un libro de contabilidad inmutable, la identidad de los participantes tiende a ser seudónima. Esto crea oportunidades para las apuestas anónimas que las plataformas tradicionales de juego en línea, con sus requisitos de "conozca a su cliente" (KYC), no pueden ofrecer.

El aspecto del anonimato tiene dos vertientes. Por un lado, podría permitir a los jugadores problemáticos eludir los programas de autoexclusión y los límites de gasto. Por otro, podría reducir el estigma social que impide a algunas personas buscar tratamiento para la adicción al juego.

Dinámica del mercado e infraestructura técnica

El crecimiento meteórico del juego con blockchain ha tenido repercusiones imprevistas en toda la industria tecnológica. El mercado de procesadores gráficos se ha visto muy afectado por las demandas computacionales de estas plataformas, unidas al interés generalizado por la minería de criptomonedas. Las operaciones de minería de GPU compiten con los jugadores por el mismo hardware, lo que hace subir los precios y crea una escasez de oferta que afecta tanto a los jugadores ocasionales como a los entusiastas de los juegos de blockchain serios.

Esta escasez de hardware ha creado su propio mercado especulativo. Antes, las tarjetas gráficas sólo se utilizaban como accesorios de juego, pero ahora se han convertido en una inversión, y su precio cambia en función del valor de las criptomonedas y de la rentabilidad de su minería. La ironía es palpable: la tecnología que se suponía iba a democratizar en cierto modo los videojuegos también los ha hecho menos asequibles y más caros.

Transparencia frente a explotación

Los partidarios creen que gracias a la transparencia de la tecnología blockchain se podrían minimizar los daños causados por el juego. Todas las transacciones se almacenan en un libro de contabilidad compartido, por lo que, en teoría, es más fácil seguir la pista a los ludópatas y tomar medidas que en un sistema más convencional. Los contratos inteligentes podrían implantar automáticamente límites de gasto o periodos de descanso.

Sin embargo, esta transparencia puede ser más abstracta que real debido a la complejidad de los sistemas blockchain. Según Webopedia, la naturaleza distribuida de la tecnología blockchain significa que, aunque los datos de las transacciones son públicos, interpretarlos y actuar en consecuencia requiere unos conocimientos técnicos considerables de los que carecen actualmente la mayoría de los reguladores y organismos de protección de los consumidores.

Además, para las transacciones en blockchain no es fácil vincular la actividad en la cadena de bloques con identidades reales. Un jugador puede simplemente crear varias carteras para eludir cualquier sistema de protección.

Debate sobre la habilidad frente al azar

La regulación convencional del juego se basa en la distinción entre juegos de azar y juegos de habilidad. Por ejemplo, el póquer puede regularse de forma diferente a las máquinas tragaperras debido al elemento de habilidad, que es importante para los resultados a largo plazo. Las economías que manejan los jugadores hacen que esta diferencia sea extrañamente compleja.

Un ejemplo de juego de estrategia en el que las fichas son valiosas y los jugadores pueden ganarlas jugando bien es un juego basado en cadenas de bloques. Entonces, ¿es juego cuando las fichas son dinero real? ¿Y qué ocurre cuando el juego añade aleatoriedad como cajas de botín o encuentros aleatorios? No perdemos el componente de habilidad, pero ahora también hay un componente de azar.

Esta indefinición deja margen para la innovación y la explotación. Los estudios pueden crear juegos que parezcan basados en la habilidad, pero que en realidad se basen en la suerte, y los jugadores pueden idear una auténtica estrategia basada en la habilidad que les reporte beneficios constantes.

Incentivos económicos y comportamiento de los jugadores

Añadir un valor económico real a un juego cambia radicalmente el comportamiento y la motivación de los jugadores. Los juegos free-to-play se crean para jugar y disfrutar, y la monetización se consigue mediante suscripciones, objetos cosméticos o una compra única. Con una economía propiedad de los jugadores, se introduce un elemento de beneficio, lo que crea una diferencia psicológica en el juego.

Esta transición puede ser beneficiosa, ya que motiva a los jugadores a dominar habilidades reales y crear nuevos tipos de negocios en línea. Sin embargo, también puede desencadenar los mismos mecanismos psicológicos que están en la raíz de la adicción al juego. Los botines raros, la "casi pérdida" de una gran suma de dinero y la ilusión de gastar más dinero para intentar recuperar las pérdidas están siempre presentes, y más aún cuando hay dinero real de por medio.

El futuro: posibles soluciones

El camino a seguir es probablemente una mezcla de innovación tecnológica, desarrollo normativo y autorregulación del sector. Podrían programarse protecciones para los consumidores en los contratos inteligentes, por ejemplo limitando automáticamente los importes de gasto o exigiendo periodos de descanso. Los sistemas reguladores podrían evolucionar para adaptarse a la naturaleza de los juegos de blockchain a la luz de una protección adecuada de los consumidores.

La autorregulación del sector con la ayuda de las DAO y la gestión de la comunidad podría ser más flexible y responder mejor a los cambios en comparación con los métodos tradicionales de regulación. Las normas y protecciones podrían ser votadas por los propios jugadores, estableciendo una forma más democrática de protección del consumidor.

Conclusión

Las economías propiedad de los jugadores representan tanto el mayor potencial como la mayor amenaza para la industria de los videojuegos en la actualidad. Garantizan ofrecer un valor sin precedentes a los jugadores, desafiando todas las suposiciones sobre el vínculo entre los videojuegos y el juego. La tecnología no es ni buena ni mala en sí misma, sus efectos sólo vendrán determinados por cómo decidamos utilizarla y controlarla.

La cuestión no es si los juegos de blockchain pueden ayudar o empeorar la ludopatía, sino si podemos ser lo suficientemente cuidadosos sobre cómo hacer que sean lo más beneficiosos y de menor riesgo posible. Hay mucho en juego, y el tiempo para hacerlo bien es corto. Nuestras acciones de hoy con respecto a los ahorros de los jugadores determinarán cómo serán los videojuegos para las generaciones futuras.