Problemas de estabilidad con los Core i9 de 13ª y 14ª generación: una espina clavada para Intel

Escrito por Guillaume
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Intel ha introducido la " configuración predeterminada de Intel " que se aplicará a todas las placas base para Core i9, pero ahora también para Core i5 y Core i7.

Mientras el grupo estadounidense se prepara para lanzar, una tras otra, dos nuevas gamas de procesadores para portátiles (Lunar Lake) y ordenadores de sobremesa (Arrow Lake), Intel está envuelta en una historia de inestabilidad en sus chips de gama alta de 13ª y 14ª generación, Raptor Lake y Raptor Lake Refresh por citar sólo dos. Desde hace varios meses, los usuarios de procesadores Core i9-13900K/KS/KF o Core i9-14900K/KS/KF se quejan de fallos repetidos. Estos fallos se producen en modelos de placa base que también son de gama alta, y cuando la carga del procesador es particularmente pesada.

Muchos se apresuraron a señalar problemas relacionados con los ajustes realizados por los fabricantes de placas base. En efecto, para diferenciarse de sus competidores, sobre todo en los modelos de gama alta, estos fabricantes no dudan en aplicar "optimizaciones" a los ajustes del procesador. Estas "optimizaciones" fueron criticadas por Intel a raíz de los primeros informes de los usuarios: la empresa nunca ha hecho gran cosa para disuadir a los fabricantes de aplicar tales ajustes a los procesadores, e incluso se enorgullecía en cierta medida del hecho de que permitía a sus chips brillar. Por desgracia, en muchos casos, estos ajustes "límite" exigían demasiado a los procesadores, que acababan fallando. Por supuesto, la lotería asociada a la capacidad de un determinado procesador para soportar altas frecuencias, altos voltajes o un TDP demasiado ambicioso hace que algunos chips salgan adelante sin problemas, mientras que otros se estrellan estrepitosamente.

Intel

Algo obligada a reaccionar, Intel ha publicado lo que denomina "Ajustes Intel por defecto ", es decir, ajustes lo suficientemente bajos como para que todos los procesadores funcionen sin el menor problema. Por supuesto, estos ajustes tienen un impacto en el rendimiento, pero al final no es un hándicap tan grande. Inicialmente pensados sobre todo para los procesadores Core i9 de 13ª y 14ª generación, estos ajustes también se han asociado a los procesadores Core i5 y Core i7, lo que pone de manifiesto el temor de Intel a que estalle una nueva polémica. En su sitio web, la empresa estadounidense detalla los ajustes en cuestión y lo que implican, antes de afirmar que la causa exacta de estos fallos aún no se ha identificado por completo. No es precisamente tranquilizador, aunque parezca afectar sólo a una ínfima parte de los usuarios.