Preocupada por no depender de los componentes desarrollados en "Occidente", China avanza a pasos agigantados.
Ya se trate de procesadores centrales (CPU) o de procesadores gráficos (GPU), los líderes del mercado se llaman AMD, Intel o NVIDIA, a los que podemos añadir Apple o Qualcomm sin cambiar su país de origen: Estados Unidos. Un origen común, por tanto, que no nos molesta mucho a los europeos, pero que es un problema en China, donde Pekín quiere acabar con esta dependencia de los productos occidentales. Los embargos impuestos por Washington a algunos de los chips más potentes del mundo no han hecho más que alentar este deseo de emancipación.
Hace dos años, descubrimos el KaiXan KX-6000, un procesador muy ambicioso para una industria china que aún estaba en pañales. Mejor aún, a lo largo del año pasado, Zhaoxin -su fabricante- siguió adelante con el KX-7000, aunque la bestia nunca llegó a medirse con los procesadores disponibles. Sin embargo, el KX-7000 tiene bastantes ases en la manga, empezando por el cambio hacia la compatibilidad con LGA(Land Grid Array). Introducida por Intel, esta técnica pretende trasladar los pines del procesador al zócalo de la placa base. Además, el KX-7000 es un chip de 8 núcleos con una frecuencia base de entre 3 y 3,2 GHz según la versión, y una frecuencia boost de entre 3,6 y 3,7 GHz. Por último, el procesador dispone de 4 MB de caché L2 y 32 MB de caché L3, así como de una solución gráfica integrada sobre la que Zhaoxin se muestra muy discreto.
Wccftech
El KX-7000 supone una gran mejora con respecto al KX-6000, pero las mediciones iniciales muestran que aún hay una gran distancia entre él y los chips de AMD o Intel. En software como Geekbench 6, el KX-7000 es capaz de alcanzar 823 puntos en mononúcleo y 3813 puntos en multinúcleo, una mejora del 116% y el 285% en comparación con el KX-6000. Sin embargo, comparado con un modesto Intel Core i3-10100F de sólo 4 núcleos, el KX-7000 se queda muy atrás: el Core i3 obtiene 1437 y 4450 puntos en las mismas herramientas de Geekbench 6. No cabe duda de que China está progresando, pero aún necesita más avances antes de poder desprenderse por completo de su dependencia de los chips estadounidenses.
